Juguetes rotos
Siempre has sido un juguete roto que cambiaba de rumbo
por los golpes de personas que nunca te quisieron,
que nunca te cuidaron,
que solo te hacían daño cuando la falta de luz oculta los pecados
y los gritos estallan mudos en atmósferas cargadas de ira y dolor.
Solo tu mirada se abría cada día sincera a la verdad,
a un mundo que nunca dio la talla,
que prefirió mirar hacia otro lado
y que solo ofrecía silencio a tus ojos velados,
y al púrpura del atardecer que asomaba en tu mirada.
Por eso una tarde te cansaste de luchar en una guerra que no te correspondía,
que estaba perdida desde el mismo día que empezó,
desde esa noche en la que el frío se coló por una puerta abierta
barriendo las sonrisas y los sueños que desaparecieron a la vez que el brillo de tus ojos.
Porque el frío no dejó nada vivo,
y solo trajo el aislamiento del exilio a parajes de los que nadie nunca regresó.
Lugares en los que finalmente decidiste rendirte
y alcanzar una paz que te llevó de nuevo a infancias felices,
juegos en prados eternos
y esa vida pasada que ya no creías posible pero que siempre estuvo ahí.
aunque ahora solo la recordaras como un doloroso sueño.



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