Brillo que ciega
Surgiste de la unión de los sueños y la luz,
recogiste en tus ojos el brillo del sol
y en tu caminar,
la danza misteriosa de dos cuerpos que se aman en plena oscuridad.
Deslumbras a todos los que osan mirarte,
los desarmas con el quiebro de tu sonrisa,
y solo en el momento en el que se atreven a acercarse,
te esfumas,
dejando en tu lugar,
el ligero aroma de las palabras que se lleva el aire.
No hay eco más allá de tus pasos,
rumores que mantengan la leyenda
ni valientes que griten a pleno pulmón sus fracasos.
Por eso tu brillo quedó condenado,
amortajado con el velo de la irrealidad,
y enterrado justo en el momento en el que la primera estrella apareció en el horizonte.


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