Quizá mañana
Hoy he cogido papel para escribirte,
teniendo la esperanza de que ante ese mural en blanco mis miedos e inseguridades iban a dar un paso atrás y me iban a permitir abrirme a ti.
Una mesa despejada, una pluma y una silla,
esperando inquietas la llegada inminente que nunca se produjo,
porque mi cabeza bullía buscando excusas creíbles que evitaran el enfrentamiento de mis dos personalidades,
y el miedo a que me digas que no, acabó venciendo a los sueños de todo lo bueno por venir.
Hoy no es el mejor día para escribir.
Quizá mañana esté más descansado.
Quizá mañana salga el sol y esté más inspirado.
Quizá mañana estés pensando en mí.
Quizá mañana todo sea más fácil.
Quizá mañana deje de ser un cobarde.
Quizá mañana.



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