Hombre invisible
Los sueños de cartón surgen en las sucias esquinas,
envueltos en matrices de mantas roídas
y sin mayor finalidad que dejar pasar el tiempo.
Son sueños de hombres invisibles
acostumbrados a miradas huidizas,
mendigantes de falsa compasión
y con los bolsillos llenos de monedas sin valor.
Sueños que nunca se recuerdan,
que se mezclan, turbios, con un pasado borroso,
difuso por los vapores del vino
y la incapacidad de una memoria herida.
Son sueños que no llegan con la luna ni las estrellas,
porque el hombre invisible no sueña de noche,
solo se refugia esperando que toda su vida se reinicie,
aunque volver al punto de partida duela
y un salto al vacío suene más que tentador.
Porque el hombre que no sueña, es consciente que al final llegará el descanso,
una noche en la que los recuerdos saldrán del túnel y alcanzarán la luz,
haciendo desaparecer el frío y el dolor,
devolviéndole un nombre que no recuerda,
y un cuerpo que por un instante, dejará de ser invisible.



Muy bonitas palabras, gracias
ResponderEliminarSiempre me emocionan tus poemas. Gracias
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